Mesa de debate: Decisiones políticas e industria musical después de una pandemia.

Trovam 12 de noviembre 2020

Extracto de la intervención de Marylene Albentosa y José Ayelo

En primer lugar nos gustaría dejar claro que quienes intervenimos aquí lo hacemos recogiendo las inquietudes y las experiencias de un colectivo de cerca de ochenta profesionales, responsables de las salas públicas que conforman el Circuit Cultural Valencià. Somos gestores de espacios culturales de tamaño pequeño y medio, repartidos por toda la geografía de la de nuestro territorio que mantenemos una programación cultural estable a lo largo de todo el año.

Hace muchos años que comenzamos, allá por los años ochenta y hemos aprendido mucho. Cabe señalar que nacimos como colectivo en plena ebullición del movimiento y la actividad cultural, cuando empiezan a construirse y a remodelarse muchos espacios culturales en el País Valenciano. Posteriormente desde la mitad de la década de los noventa y hasta principios de la segunda década de este siglo, nos tocó vivir una época oscura en la que muchos proyectos desaparecieron, incluido el propio Circuit Cultural Valencià. En los últimos años hemos vivido un cierto renacimiento de la actividad cultural que ha sido bruscamente interrumpida por la pandemia.

En nuestra intervención no queremos centrarnos en lo que ha ocurrido o hemos hecho a lo largo de la pandemia, la gran mayoría de poblaciones de nuestra red lo que ha tratado de hacer en todo este tiempo ha sido intentar mantener sus compromisos con los profesionales de la cultura y con su público, aplazando espectáculos y luchando para mantener los presupuestos, cosa que desgraciadamente no ha ocurrido en algunas poblaciones.

Bajo nuestro punto de vista en lo que tendríamos que estar ahora es en analizar, reflexionar y planificar teniendo en cuenta todos los escenarios posibles.

En urbanismo se dice que la mejor época para hacer un plan general del territorio es cuando se entra en crisis, porque no se planifica bajo la presión del

mercado. En cualquier caso, deberíamos aprovechar este periodo de baja actividad para analizar lo hecho, encontrar los errores -que los hay- y mejorar la gestión y las políticas públicas de promoción, producción y ayuda a la música.

Partiendo de una industria que no existe para a continuación crear un mercado que tampoco existe .
No podemos decir que en la actualidad exista un mercado de la música en el ámbito en el que nos movemos si lo contraponemos a lo que ocurre, por ejemplo, con las artes escénicas, donde desde hace mucho tiempo el teatro es un hecho normal en la vida de los ciudadanos. La música profesional no tiene la misma presencia.

Resulta imprescindible hablar de los escenarios que se nos presentarán a partir de ahora y la manera en que nos vamos a enfrentar ante esos posibles escenarios:

  • La pandemia se agrava, se produce el cierre de la actividad cultural, tanto de alta afluencia como de baja afluencia
  • La pandemia continúa y se dan situaciones intermitentes de confinamiento, con restricciones a la celebración de actividades de gran concentración de público.
  • La pandemia va descendiendo paulatinamente, se van autorizando actividades gradualmente en lo que tienen que ver con la afluencia de público
  • La pandemia desaparece, se encuentra una vacuna. Vuelta a la normalidad.
    Por tanto entendemos que el análisis no debe partir de cuándo se van a poder llevar a cabo eventos de gran o medio formato, sino de pensar la forma de afrontar cada situación para que la música en directo sea un hecho cotidiano, que los profesionales tengan un mercado, lugares en definitiva donde trabajar en condiciones dignas.
    Tenemos un gran trabajo por delante y pretendemos aportar desde aquí las las respuestas a las preguntas que deberíamos hacernos para crear ese mercado: ¿Qué políticas demandamos a la administración local, a la autonómica, la nacional e incluso a la europea? ¿Qué condiciones deberían darse y qué tareas habría que llevar a cabo para hacer más extensa la programación musical en los municipios? ¿Cómo crear o ampliar audiencias a esta programación?
    Partimos del Circuit Cultural Valencià que centra su actividad principalmente en el teatro, donde se concentra la mayor parte de la inversión tanto de los municipios como del Institut Valencià de Cultura que financia el cincuenta por

ciento de la programación. En el próximo ejercicio (2021) los municipios podrán recibir hasta 20.000€ para la programación de artes escénicas y la cantidad destinada a música pasará de 7.500€ a 10.000€.
No estamos hablando de datos relevantes porque mientras para un municipio pequeño estas cantidades serán de gran ayuda, para poblaciones medianas y grandes que mantengan una actividad cultural importante, estas cantidades son insignificantes. Es cierto que en los últimos años se ha producido un incremento notable en las aportaciones del IVC, como también ha sido muy importante el incremento en el número de poblaciones que se han sumado al Circuit, no es menos cierto que estas cantidades son insuficientes.

Partiendo de las premisas expuestas y como decíamos al principio este puede ser un buen momento para diseñar un nuevo escenario.
Consideramos que es muy importante que el sector musical se desestacionalice
, que la programación musical de los pueblos no se circunscriba únicamente al verano y a los espacios al aire libre. Tenemos que adaptar los espacios, a las necesidades del público objetivo al que queremos traer a los conciertos; y los espacios con escenario y butacas donde se muestran las artes escénicas no nos sirven. En definitiva, necesitamos espacios polivalentes. Luego nuestro objetivo a medio y largo plazo debe ser que en todas las poblaciones haya salas de conciertos dotadas de medios y de personal formado, con un presupuesto suficiente para mantener una programación estable. Esto lo hemos conseguido con el teatro y lo podemos conseguir también con la música.

Pero tenemos otro reto importante: la población debe reconocerse en sus propios músicos y estos ser reconocidos por la población y eso solo se consigue si los músicos están en los grandes medios de comunicación, especialmente en la televisión. Hay ejemplos suficientes de ello.

Es necesario también ayudar a los municipios a dotarse de personal especializado, vemos como otras consellerías ayudan a que los equipos profesionales se amplíen. Al igual que es necesario la presencia de gestores culturales, también lo es de otros profesionales vinculados al desarrollo de estas actividades fundamentalmente personal técnico.

Consideramos fundamental que la estructura del IVC crezca . Empoderar esta institución es fundamental para el crecimiento de todo el sector. Crecer en presupuesto, en capacidad de gestión e incluso porque no, crecer en espacios a lo largo de todo el territorio. No debemos conformarnos con las buenas intenciones de las personas que están hoy como responsables, debemos exigirnos una estructura acorde al peso económico que supone todo el sector. El IVC necesita de más gestión cultural, de personal formado que afronte nuevos retos, proponga y participe de nuevos proyectos.

Es importante señalar que nuestra experiencia de más de tres décadas así lo confirma, que las únicas políticas que funcionan, con las que nos identificamos todos, son las políticas en red. Las iniciativas verticales, como ya se ha demostrado en más de una ocasión tienen la vida muy corta . Un proyecto en red, como lo es el CCV, es un proyecto que se retroalimenta y crece. Somos ochenta profesionales, distribuidos por todo el País Valenciano que podemos trabajar en común, que podemos aportar soluciones.

Nos ofrecemos, como lo hemos hecho siempre, a trabajar en conjunto con el IVC.

Proponemos también dinamizar proyectos europeos. La música creemos que es un elemento universal que nos puede hacer crecer en Europa.

Es necesario demandar también cambios en la administración, sigue en vigor una Ley de Contratos del Sector Público muy mejorable en lo que al tratamiento de la cultura se refiere.

Como también es necesario que el futuro Estatuto del Artista responda a la realidad, si queremos conseguir un mayor nivel de profesionalización, si creemos realmente en que los músicos deben tener unas condiciones dignas de trabajo y futuro, debemos demandar juntos que las cotizaciones respondan a la realidad de esta profesión. Pero también tenemos que encontrar fórmulas para apoyar a todos aquellos se encuentran en la rampa de salida, quienes quieren profesionalizarse y no lo pueden hacer por los costes, quienes tienen que ceder una parte de sus ingresos a empresas que les facturan. La administración hasta ahora no ha sabido responder a esta realidad,

A lo largo de estos treinta y tres años de existencia hemos demostrado que el Circuit Cultural Valencià no es una institución de demanda, sino de colaboración. La administración autonómica y muchos profesionales de la música confían en nuestro colectivo. Somos un engranaje más de esta gran industria para aportar ideas y soluciones ahora y siempre. Nos gustaría que esa confianza se incrementara con todo aquello que hemos aportado en esta reflexión en voz alta.

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